Sábado 17.-Ayer decíamos "tiene narices que esperemos una castaña para que nos ayude a llegar, por suerte se desplaza enseguida hacia el N, venía a una velocidad que acojona".
Pues bien era poco lo que decíamos y ahora lo podemos contar, a partir de las 10 de la mañana esto empezó a calentarse y estuvimos doce interminables, de verdad interminables, horas dentro de una borrasca de 990mb, circulando con ella en su misma dirección N sin poder salirnos, como un gigante que coge a un minúsculo enanito de un brazo y lo zarandea para todos lados y éste por más que lo intenta no consigue escaparse.
Los vientos eran de F8 y F9 continuos, horas interminables con +d 30n, pasando muchas veces +d 40n y una máxima que registramos de 44.2n, todo ello aderezado convenientemente con continuas cortinas de agua que hacían hervir el agua, así parecía, y olas de 6 y 7 m, acojona y mucho pensar en la rotura del material, que por suerte no se produjo.
Lógicamente en esas condiciones el piloto automático no vale y hay que ponerse a la rueda echarle brazo, co..es, hartarse de agua y ponerle mucha fuerza de voluntad para creer que detrás de este chubasco ya no hay más, y así hasta el siguiente.... Realmente es difícil contar algo tan brutal como es cuando la naturaleza se encabrita, a alguien que no lo haya pasado. Los que aquí vamos, otros las habrán pasado peores, no lo habíamos pasado nunca con tanta intensidad, tanto tiempo y tan lejos de cualquier parte.
A las 7 de la tarde veíamos que no salíamos de ella, que no nos terminaba de adelantar y seguíamos con su rumbo N, ya que este barco está limitadísimo en velas y ajustes para este tipo de situaciones y no podíamos hacer rumbo E.
Decidimos quitar un poco de Génova del ya escueto que llevábamos y cazar un poco la mayor que llevábamos con tres rizos. Bien pues esto junto con mucho tacto y grado a grado, si te pasabas te machacaba, hicieron que en 4 horas estuviésemos saliendo por su frontal E y dos horas más tarde, como el que doble una esquina, el viento roló y parecía que el mundo se había parado, que tranquilidad, a dormir por turnos, no nos fiábamos, yo personalmente por el turno de guardia del día anterior, llevaba en pie desde la 03:30h del viernes y no habíamos comido en todo el día, los cuatro estuvimos en la bañera todo el puñetero día.
Domingo 18.- La vida tiene otro color, aunque nos ha llovido algo, nada comparado con lo de ayer, esta mañana al revisar velas hemos visto un rasgón en el gratil de la mayor y un patín de sable roto,.....ayer nos perdonaron......gracias.
Ya lo hemos reparado todo, vamos rumbo a Ponta Delgada con buen viento y descansando con un día soleado, estamos a 230mn y esperamos llegar el lunes a cualquier hora tardía.
Yo me apeo en la próxima, mis obligaciones me reclaman, para incorporarme de nuevo en Cádiz y ayudar a llevar el barco a su destino, Alvaro el mareante..
también se baja en Azores. Se incorpora Julio y alguien que le acompaña para ayudar a Pilar, Fernando y Carlos, que ya están muy cansados después de esta larga y complicada travesía. Ha sido toda una experiencia de navegación de altura y realmente táctica y complicada, nos hemos "chupado" tres borrascas serias, de tamaños más grandes que España con diferencia.
Vaya fichaje Carlos, el armador y patrón del Roncudo de Vigo, que agradable compañía, empuje, colaboración y conocimientos, se puede ir con él casi a cualquier sitio....que no hay que perderle de vista al de los ojos pequeños (lo malo son la pu..as gafas que dice que no las encuentra por que se las escondemos, lo que es la edad Carlitos...).
Saludos de todos para todos
Juanjo
P.D. Fuertes besos para mi familia.